Friday, May 31, 2019

Ser el Cuarto entre Cuatro


Y Jesús se detuvo y dijo: Llamadle. Y llamaron al ciego, diciéndole: ¡Anímate! Levántate, que te llama. Y arrojando su manto, se levantó de un salto y fue a Jesús. Y dirigiéndose a él, Jesús le dijo: ¿Qué deseas que haga por ti? Y el ciego le respondió: Raboní, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha sanado. Y al instante recobró la vista, y le seguía por el camino.
(Mar 10:49-52)

Un miércoles de tarde; pensaba en una de mis hijas quien no llegaría a casa temprano porque estaba en una actividad de su escuela. En la noche cuando la recogí; ella se encontraba muy desilusionada. Esa tarde ella debía recitar un poema en árabe, pero cuando estaba en medio de éste, ella se paralizó y no salió bien. Su profesora le había dicho que seguramente ganaría; ya que mi hija lo había estado haciendo muy bien y en el peor de los casos al menos ganaría una medalla. Pero la realidad fue más dura: eran 4 participantes y ella quedó de cuarta por no decir última.

Al día siguiente escuché una enseñanza basada en Marcos 10; y yo continué haciendo la lectura por mi cuenta. Yo también estaba desilusionado y le preguntaba a Dios ¿Por qué? ¿No podía ella tener la gloria de una medallita?

El Señor me respondió con una sencilla ilustración del evangelio.

Juan y Jacobo su hermano le dicen a Jesús: “Maestro, queremos que hagas por nosotros lo que te pidamos”, a lo que Jesús responde: “¿QUÉ QUERÉIS QUE HAGA POR VOSOTROS?

Ellos piden que, en la gloria del Cristo; ellos tengan la posición de honor a la derecha e izquierda del Mesías.

Sin entrar en detalles y sin considerar el mal ambiente que se levantó entre sus compañeros de viaje; leemos que posteriormente hay un hombre ciego junto al camino que empieza llamar a Jesús a gritos. Aquellos que tienen el don de la vista quieren callarlo, pero Jesús ordena que lo traigan a él y pregunta: “¿QUÉ DESEAS QUE HAGA POR TI?

El ciego de nombre Bartimeo responde: “Mi Maestro, que recobre la vista”

Bartimeo recobró la vista y seguía a Jesús.

Así que Jesús que siempre responde a nuestras preguntas me dijo: ¿Qué deseas que haga por ti? Y en lugar de la gloria de una medalla le pedí:

“Qué recobre la vista y pueda seguirte de cerca”