Tuesday, November 29, 2022

El dueño de la Puerta

Un autor cristiano decía que si Dios nos enseñara lo que hay detrás de la puerta que Él nos está invitando a cruzar; lo más posible es que nos resistiríamos a hacerlo.

En noviembre de 2020 mi esposa nos retó como familia; y nos invitó a orar por un milagro. Este milagro era que pudiéramos ir a vivir en Canadá y de esa manera acompañar a mi madre (Blanca) que en ese año la había pasado bastante mal a causa de las restricciones por el COVID. En el 2020, ella estuvo enferma en varias ocasiones y aunque siempre Dios envía personas que la ayudan y le acompañan. Mi hermana no pudo cruzar la frontera durante 11 meses y así animarla.

Entonces, escribí un email a un amigo de Canadá; pidiéndole una opción para ir allí y acompañar a mi madre. Él fue muy amable y golpeó las posibles puertas; pero ninguna se abrió en ese momento. Al releer los correos electrónicos, me doy cuenta de lo honestos que eran; y también de nuestra disposición a que el Señor hiciera su voluntad.

La conclusión de este proceso fue que la puerta estaba cerrada y de esa manera continuamos adelante con nuestra vida aquí en España.

Mi mamá nunca se enteró de lo que yo estaba intentando. No quería ilusionarla. La respuesta dependía del Señor y no de nuestro deseo.

Prácticamente dos años después y sin plan alguno con relación a este tema. Mi mamá recibe una llamada donde le preguntan si ella piensa que yo estaría dispuesto a ser candidato para el puesto de pastor de la iglesia. Ella responde que piensa que no; pero les conecta conmigo.

Al enterarme de lo sucedido; la tierra bajo mis pies tembló; pues recordaba lo que habíamos intentado dos años atrás.

Uno de los ancianos de la iglesia me llama y le confirmo que mi esposa y yo estamos disponibles para ser candidatos.

Esa semana mientras ministraba en una iglesia en los Estados Unidos; la señora con quien me hospedaba y con quien orábamos cada mañana me dice que quiere compartir un verso de la palabra conmigo. 

Ella leyó Apocalipsis 3:8 que dice:

Yo conozco tus obras; he aquí, he puesto delante de ti una puerta abierta, la cual nadie puede cerrar; porque, aunque tienes poca fuerza, has guardado mi palabra, y no has negado mi nombre.

Ella no entendía lo que pasaba por mi corazón; pero Dios la estaba usando para hablarme.

Conozco Tus Obras.

     Señor sabes lo que he vivido, lo que he hecho y lo que no he hecho, mi recostar y mi levantar. Tú lo sabes.

He puesto una puerta abierta que nadie puede cerrar.

      Señor tú eres el que abres puertas que nadie puede abrir y cierras puertas que nadie puede cerrar.

Aunque tienes poca fuerza.

      Señor, me conoces y conoces mi cansancio y a veces la incapacidad que tengo de ir más allá de donde he ido.

Has guardado mi Palabra.

     Señor, esto me honra y me siento indigno. Recibirlo de tus labios me hace llorar.

No has negado mi nombre.

      Sí Señor. A pesar de las circunstancias difíciles no hemos dejado de reconocer tu nombre. Gracias Señor.

De ahí en adelante y a pesar de los cientos de detalles que debemos organizar para esta nueva etapa, tenemos la paz de Dios.

Dios llama, Dios equipa y especialmente Dios cuida de las viudas y los huérfanos.

Dios empieza a enjugar las lágrimas de mi mamá quien se desprendió hace 20 años de su hijo, su nuera, los nietos que no vio crecer y los entregó al servicio del Señor.

También hoy de alguna manera siente que le vuelve la vida, después de casi 10 años de ausencia de mi papá, quien estuvo a su lado y le amó de manera muy semejante a la manera que Cristo ama a su iglesia.

Friday, May 31, 2019

Ser el Cuarto entre Cuatro


Y Jesús se detuvo y dijo: Llamadle. Y llamaron al ciego, diciéndole: ¡Anímate! Levántate, que te llama. Y arrojando su manto, se levantó de un salto y fue a Jesús. Y dirigiéndose a él, Jesús le dijo: ¿Qué deseas que haga por ti? Y el ciego le respondió: Raboní, que recobre la vista. Y Jesús le dijo: Vete, tu fe te ha sanado. Y al instante recobró la vista, y le seguía por el camino.
(Mar 10:49-52)

Un miércoles de tarde; pensaba en una de mis hijas quien no llegaría a casa temprano porque estaba en una actividad de su escuela. En la noche cuando la recogí; ella se encontraba muy desilusionada. Esa tarde ella debía recitar un poema en árabe, pero cuando estaba en medio de éste, ella se paralizó y no salió bien. Su profesora le había dicho que seguramente ganaría; ya que mi hija lo había estado haciendo muy bien y en el peor de los casos al menos ganaría una medalla. Pero la realidad fue más dura: eran 4 participantes y ella quedó de cuarta por no decir última.

Al día siguiente escuché una enseñanza basada en Marcos 10; y yo continué haciendo la lectura por mi cuenta. Yo también estaba desilusionado y le preguntaba a Dios ¿Por qué? ¿No podía ella tener la gloria de una medallita?

El Señor me respondió con una sencilla ilustración del evangelio.

Juan y Jacobo su hermano le dicen a Jesús: “Maestro, queremos que hagas por nosotros lo que te pidamos”, a lo que Jesús responde: “¿QUÉ QUERÉIS QUE HAGA POR VOSOTROS?

Ellos piden que, en la gloria del Cristo; ellos tengan la posición de honor a la derecha e izquierda del Mesías.

Sin entrar en detalles y sin considerar el mal ambiente que se levantó entre sus compañeros de viaje; leemos que posteriormente hay un hombre ciego junto al camino que empieza llamar a Jesús a gritos. Aquellos que tienen el don de la vista quieren callarlo, pero Jesús ordena que lo traigan a él y pregunta: “¿QUÉ DESEAS QUE HAGA POR TI?

El ciego de nombre Bartimeo responde: “Mi Maestro, que recobre la vista”

Bartimeo recobró la vista y seguía a Jesús.

Así que Jesús que siempre responde a nuestras preguntas me dijo: ¿Qué deseas que haga por ti? Y en lugar de la gloria de una medalla le pedí:

“Qué recobre la vista y pueda seguirte de cerca”



Friday, March 30, 2018

Herencia del Camino


Katab

Sus manos duras, fuertes, trabajadas, cogieron el lápiz por primera vez. Como si se tratara de un diminuto niño lo sostuvo con las dos manos, mirando. Lo agarró con su mano derecha, con cuidado, temblando un poco. Nunca se había sentido tan emocionado y nervioso a la misma vez. Después de 36 años trabajando en el campo, por fin iba a lograr su sueño más oculto, escribir. Siempre lo había querido hacer, pero jamás se lo hubieran permitido; lo necesitaban.

Al mudarse a España se dio cuenta de lo necesario que era escribir y leer. Los papeles de residencia, los deberes de sus hijos, … Era un mundo nuevo que nunca había conocido y quería entenderlo desesperadamente.



Sus manos, no lucían aptas para escribir; eran demasiado grandes, duras, llenas de callos para la precisión de la escritura. Aun así, practicó, todos los días, cuando podía. Se sentaba cerca de sus hijos cuando hacían los deberes y, en el momento que identificaba una letra exigía que le dijeran el significado de la palabra.

Se alegró que no era el único en su clase y que, además, formaba parte del grupo más numeroso de toda la asociación. El profesor Jordi había empezado por enseñarles lo básico. Primero, las letras, las vocales y sus sonidos. Seguidamente, juntaban las consonantes con las vocales: mamá, papá, … Pronto, ya eran capaces de identificar palabras y su significado.

El impacto que tuvo aprender a escribir y leer en él le cedió su próximo sueño. Ahora anhela escribir su historia y la de aquellos que le enseñaron a vivir de nuevo.

Escrito por A.J. Vega

Thursday, September 21, 2017

CAMINANDO BAJO SU MANO SOBERANA

Mientras ocurren terremotos y huracanes al otro lado del Atlántico; por este lado puedo experimentar en miniatura el misterio de Su soberanía.

Mañana viernes a las 7 p.m. hora local, tendremos un pequeño evento de inauguración del nuevo centro de trabajo. Vendrán representantes del gobierno local y representantes de otras entidades.

Hemos invitado a diferentes asociaciones del barrio y hemos incluido a dos asociaciones musulmanas. Lo curioso es que no pude enlazar con los presidentes de las mismas. Pues en una de ellas no se conecta la llamada telefónica y de la segunda perdí el teléfono.


Soberanamente sufrí anoche miércoles dolores abdominales intensos y tuve que ir de emergencias a uno de los centros asistenciales de la ciudad. Como mi caso no era de vida o muerte en total estuvimos por tres horas en el proceso. Al final del tiempo a eso de la una de la mañana mientras estoy sentado en la sala y ya quedando unas tres personas conmigo; veo que entra de repente el presidente de la asociación musulmana más grande de la ciudad; quien venía a recoger a su hijo que había sufrido un esguince de tobillo de segundo grado. Así que nos saludamos, conversamos y pude invitarle personalmente a nuestro evento de inauguración.

Un tobillo lastimado y unos intestinos retorcidos que permitieron que se cumpliera lo que creo que era el deseo del Señor. Poder invitar a este hombre y poder dar testimonio a la comunidad musulmana de que Dios los ama.

No puedo responder a la pregunta del dolor y sufrimiento causado por huracanes y terremotos y es cierto que el dolor abdominal y el dolor de un tobillo no se comparan con los dolores causados por desastres de la naturaleza. Sin embargo; lo que sí sé, es que Dios es bueno. Y que, aunque hoy no entienda todo el panorama de todo lo que sucede en este mundo; puedo confiar que todo está en sus manos.


¿No se venden dos pajarillos por un cuarto? Y, sin embargo, ni uno de ellos caerá a tierra sin permitirlo vuestro Padre. Y hasta los cabellos de vuestra cabeza están todos contados. Así que no temáis; vosotros valéis más que muchos pajarillos. (Mateo 10:29-31)

Sunday, February 12, 2017

Caminando a Su Amparo

Correr ha sido por años una terapia para andar este camino de la vida.

Hoy; motivado por un amigo, participé en la Mitja Marató de Barcelona.

Una de las partes más difíciles para mí es justo después de la carrera. Como estábamos en Barcelona debíamos tomar el tren por 45 minutos para regresar a nuestra ciudad, y como no quería hacerlo en ese estado pedí el favor a una amiga llamada "Amparo" que si me permitía ducharme en su hogar antes de regresar a casa. Ella muy amablemente dijo que sí.

Después de la ducha me encontré con que "Amparo" había preparado dos huevos con arepa y chocolate colombiano. Ella ni se imaginaba el anhelo que tenía por unos huevos. Sin embargo; era la arepa y el chocolate colombiano; lo que añadía un toque especial a esa mañana.


Al terminar el chocolate, vino mi esposa a recogerme y justo antes de salir Amparo me regaló una bolsa gigante con productos de limpieza, aseo personal y hasta papel higiénico para nuestra familia. Lo acepté como una dádiva de parte de Dios.

Esta historia me recordó una predicación de mi amigo Jorge A. basada en el evangelio de Juan cuando Jesús convirtió el agua en vino. Vino que era mejor que el primero. Jorge dijo que el vino en la Biblia significaba la abundancia, la generosidad y la alegría de Dios y compartió una historia personal. Dijo que un hombre vino a su casa y le pidió un vaso de agua; pero Jorge le ofrecía cada vez más y más cosas, de tal manera que al final el hombre le dijo algo así: "he venido por un vaso de agua, pero usted señor me ha alimentado, me ha provisto de abrigo, me ha dado unas monedas y me ha dado comprensión".

El verso que vino a la mente de Jorge en ese momento y que vino a mi mente hoy fue:

"Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que obra en nosotros, a Él sea la gloria en la iglesia y en Cristo Jesús por todas las generaciones, por los siglos de los siglos. Amén."
(Efesios 3:20-21)

Vine por una ducha; pero me fui alimentado, escuchado y con regalos. Nunca lo pensé así, pero aquel que hace mucho más de lo que imaginamos; sí.

Por eso es maravilloso caminar a SU AMPARO.

PS: cuando tomé la foto no tenía idea de lo que vendría después (incluyendo esta nota). Hice la foto para decirle a mi esposa "hey mira lo que me están dando". Pero el Señor sabía que la foto tendría mayor significado.

También cuando estaba en el metro camino a la casa de Amparo pensé: "eh que gracioso que voy a buscar AMPARO donde Amparo".

Monday, September 21, 2015

Caminando en lo que parece Imposible

Tengo un tiburón en casa. Muerde con más dientes de lo que un humano lo puede hacer.

El umbral de dolor de mi hijo es significativamente diferente al de sus hermanas mayores. Por esa razón y seguramente otras más; a él le es muy difícil quitarse los dientes que están flojos y así dar paso a los nuevos.

Nos hemos acostumbrado a tener un Tiburón en casa.

Sumado a múltiples estrategias; hemos visitado tres dentistas y ninguno ha querido "traumatizar" al niño. Ellos aseguran que no hay problema en esperar que "algún día" los dientes caigan por sí mismos.

Nuestra oración: "Señor ayúdale a que pueda quitarse los dientes". Pero parece que ninguna oración es suficientemente fuerte para lograrlo.

Dos escenas:


Escena uno. Cae el tubo de una cortina por accidente sobre la boca del niño y afloja considerable uno de los dos incisivos superiores... casi cae. Al día siguiente finalmente este diente cae.

Escena dos. Entrenamiento de fútbol; un fallo de coordinación, así que la rodilla del mencionado artista golpea su propia boca y sorpresa "ha caído el segundo diente"

Pensamiento: Hay cosas que no puedo superar por más fuerza de voluntad que quisiera tener. Clamo y no veo ayuda... sin embargo; la ayuda sí que llega. Llega de maneras inesperadas, pero llega. Sin tardar, en el momento indicado y de manera efectiva.

Así es nuestro Padre. No deja de sorprendernos y ayudarnos en las cosas que a veces se convierten en un "imposible" para nosotros.

"Señor nuevamente vamos a ti. A veces pareciera que proseguir en este caminar es imposible. Tantas luchas, debilidades, faltas, temores, fracasos y golpes nos abruman y nos sentimos como derrotados. Sin embargo; nuevamente en algo tan simple te manifiestas. ¡Oh sí! Eres el mismo ayer, hoy y por los siglos, no fallas, suples al que lo necesita, respondes al que invoca tu nombre y levantas al caído. Hoy de nuevo nos apoyamos en la Roca que eres tú y NO SEREMOS CONMOVIDOS. Gracias por venir en nuestra ayuda y en especial cuando pensamos que no podemos"

Una observación que no se debe olvidar. Y es que en las dos escenas; el dolor no se puede evitar.

Sunday, August 17, 2014

Una Manera Diferente de Caminar


Jairo y Marta se necesitan.

Jairo no sería nada sin Marta y Marta no sería lo que és si no fuera por Jairo.

Jairo es un pastor que sufrió un accidente y está limitado por una cuadriplejía. Marta es su fiel esposa.

Hace unos días le vi llorar. Algo que no es muy común en él, pues es una persona muy firme y directa en su comunicación.

Hace 21 años en el mes de diciembre de 1993, Jairo fue el predicador en un campamento para jóvenes, en el que me encontraba. Allí compartió la historia de su desafortunado accidente (todavía no estoy seguro de llamarle desafortunado) y de la fidelidad de su esposa quien en silencio le servía en “todo” lo que él necesitaba.

Uno de los puntos de su mensaje ese día era: si estábamos dispuestos a servir a Dios en el anonimato. Personalmente dije que sí y abrí mi corazón a Dios para servirle.

Hoy 21 años después cuando entiendo el valor de las palabras de ánimo,  palabras de reconocimiento y del afecto personal. Me veo sorprendido que hoy  necesite tantas palabras de afirmación, casi de la misma manera como un niño las necesita.

La verdad es que no es fácil la falta de afirmación; pero hoy recordé que el ser afirmado no fue mi expectativa al atender el llamado del Señor.

Hoy es importante para mí recordarlo.

Quiero honrar la vida de Jairo y Marta quienes después de 21 años siguen siendo fieles al llamado del Señor, quienes no han dejado de ser estandarte para mí y mi familia.

Compartiendo en su casa, sintiendo más de cerca sus vidas y al ver la vida de las personas a quienes ellos pastorean; me siento desafiado a seguir sus pasos de fe, valentía y fidelidad, así como 21 años atrás ocurrió.

Señor:

Tú conoces nuestros corazones. Conoces nuestros temores, nuestras faltas y nuestras debilidades. Sin embargo; una vez más nos recuerdas tu amor es muy grande y hoy nos recuerdas el llamado particular que has hecho a nuestras vidas. Tú conoces nuestros dolores, nuestra entrega y nuestros sueños. Es a ti a quien servimos y de quien esperamos con los brazos abiertos. Es de ti nuestra vida y una vez más la entregamos a ti. Somos barro y tú eres el alfarero. Y tú mismo eres nuestra recompensa. Anhelamos verte, encontrarnos cara a cara contigo y recibir la corona de vida que prometes para aquellos que soportan la prueba. Gracias por nuestros hermanos en la fe. Por todos ellos; porque ellos están en tus manos, tú los diriges y tú cumples tus planes en ellos como en nosotros. Te bendecimos este día y una vez más soñamos con encontrarnos una vez más contigo en casa.En el nombre de Jesús, Amén.